Sabemos que el aguafuerte es una técnica de grabado
que reproduce los “surcos” generados por la acción de un ácido, en las incisiones realizadas con un punzón sobre
una plancha metálica.
La profundidad de
dichos surcos, permitirá que la cantidad de tinta que queda en ellos sea mayor
o menor y en consecuencia se obtendrán ciertos matices en la estampación. En el
resto de la plancha donde no existan “surcos”, no permanecerá la tinta y por
tanto la lámina no presentará ninguna tonalidad.
Un ejemplo es el que
figura en la siguiente imagen.
Si a la plancha
anterior aplicamos una fina capa de resina, conseguimos cubrirla con un
material que es poroso y que permitirá el ataque del ácido en los poros.
Si cubrimos con laca
de bombillas las zonas que no queremos sean atacadas por el ácido e introducimos
en éste la plancha durante un pequeño
periodo de tiempo, se producirá en las zonas de la plancha no protegidas, una
mordida uniforme del ácido, que al ser entintadas reproducirán unos matices
equivalentes a la aguada o acuarela.
Repitiendo el proceso,
se pueden obtener diferentes tonalidades tal como se observa en la siguiente aguatinta.